
Bajo el cielo estrellado de Nigrán, en el Campo das Redes de Panxón - Playa América, y con el mar al fondo, lucía este espectacular escenario. Detrás había un enorme trabajo de diseño, atrezo, instalaciones para la cortina de agua, montajes, etc., de los componentes de este esforzado grupo coral Stella Maris, colaborando con el equipo de luz y sonido de Manuel Muñiz. Sin todo lo cual, esto no hubiera sido posible.
El público que
abarrotaba el lugar, aplaudió, tarareó y bailó algunas canciones. A pesar de
que bajo el manto de la noche, la niebla porfiaba por entrar sin invitación.
Una gran luna creciente nos vigilaba paciente, preguntando a las estrellas si
por causa de la niebla, nos iban a hacer llorar. Y respondiendo por ellas,
La introducción
musical a cargo de nuestros músicos con
fiesta pagana, de la banda de folk-metal Mago de Oz, que al tiempo se proyectaba en la gran pantalla
navegando con sus piratas al pairo del viento
del norte desde tierras de Never, never…,Siguiendo la via láctea llegaron
los peregrinos con promesas y oración y en Torres
de Compostela y un Meu amor mariñeiro, cautivo y libertador, sonó
bien clara su voz. ¡Que canten los
niños…!Dijo Demis Roussos desde el más allá. Y los inocentes niños
cantaron, llevándose la ovación más larga de la noche.
Si en el
concierto-homenaje a Moncho Borrajo,
en O Torreiro de Priegue, el tenor invitado Iker, cantó zarzuela con la violetera,
aquí el público se deleitó con ópera- aria de Puccini ¡Oh mio babbino caro¡ interpretada con especial feeling por nuestra solista Esther y acompañada del coro mixto y
músicos.
Del Portugal de
los fados y la revolución de los claveles, en voz talentosa del organista-
presentador y guionista del concierto,
Javier, acompañado de Paula con
su bandurria, llegaron los ecos de María la portuguesa:“En las noches de luna y clavel, canta este
fado por las tabernas, donde bebe viño amargo, por un amor ….....
Cerramos el
concierto con Paloma San Basilio, Quiéreme
siempre.
Y en un recodo
de la noche se hizo un Claro de luna,
donde el genio liberado hacia su aparición, con su cabellera al viento, bajo nubes de algodón.
Al final, el público entusiasmado pidió otra, como
H. Bogart en Casablanca: Play again…Guantanamera,
Guajira… .
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