sábado, 29 de agosto de 2015

CONCIERTO EN O TORREIRO, AGOSTO DE 2.015

                                                                                              Priegue 8 de Agosto del 2015


Hola! Amigos/as y curiosos lectores de este breve relato del concierto.  Dicen que cantar es un fabuloso cóctel. Bálsamo quitapenas, que oxigena el cerebro, fortalece los pulmones, da ritmo al corazón.  Un auténtico elixir de juventud. Así que, como uno de los componentes de la coral  Stella Maris de Priegue, os invito a unos sorbetes de tan mágica poción.  
 Ante todo, valorar el duro y agotador trabajo de varios  días de ensayos y preparativos, montajes y desmontajes, que un evento tan espectacular exige. Felicitar a los invitados: Solistas, Javier Mejuto e Iker Freire, a la pareja de baile J. Manuel y Ana Freire. Y cómo no, al jinete Alejandro y su caballo Zagal, en la canción de Juan Pardo.  A Javier , tocando, relatando, cantando… A Loly, dirigiendo a todos. Técnicos de sonido, músicos y a todo el coro en general. Que como dice la canción: “ Hay  que darle tiempo al tiempo y aprenderse la lección” En este caso, varias lecciones y cada cual debe aprenderse la suya.
Na víspora do concerto, o deus Eolo, escomenzou a soprar e abateo sobre nos, un fresco vento de noroeste, que facía voar os papeis da directora Loly , azoutándonos as costas, e  arrincando dos beizos as lindas cancions , diluíndoas sin ton ni son. Os instrumentos musicais soaban a lata chinesa. Os morcegos fuxían escorrentados dos canizos e alboios. O técnico en son Manuel e axudantes, mordían as uñas de impotenza. As Torres de Compostela aguantaban, mais as Lágrimas negras, tornábanse brancas. Nothing  else matters (Ya nada  importa) Perdón...  
                                                          Al día siguiente...

Los dioses del Olimpo se apiadaron de nosotros, Babo Pietá... Enviando a su caballo Pegaso, que con  sus alas  nos protegía del viento, bramando: ¡ Fuxan os ventos ¡ que Meu amor e mariñeiro.
Se desata  Waterloo,   la pareja de baile se luce y en Caballo de batalla, Pegaso se convierte en Zagal, marcando el  paso majestuosoMúsicos, coro y solistas hacían el resto, ganándose los aplausos del público, que se rendía ante el espectáculo  de luz, sonido, efectos especiales, pirotecnia. Y sobre todo por el gran trabajo, imaginación y buen hacer.    Mi piace, e bello, bello…         



Jesús.l..                                           29 de Agosto del 2015

                                 

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