En su emblemático salón medieval, se colaron el dios Orfeo y la diosa Harmonía, colocando entre los antiguos tapices, cuadros, lámparas y espejos, un cuadro humano moderno y llamaron al mago Merlín para darle vida, a fin de que sus figuras cantaran y sonara la música. Y así fue:
Allí estaba Javi, interpretando con su teclado y su voz "Luna de abril", para embelesar a la concurrencia (Sociedad Gamboa, autoridades locales y otros)
Mª del Mar que pulsaba su guitarra con "agarimo".
Queca, que hacia poesía con las cuerdas de su bandurria.
Fede, que hacia el ritmo con caja y platillos
Alex y Lubo, que con sus teclados llenaban los espacios de armonía.
Felipe, que hacia gemir la gaita con tanto gusto, que las olas del mar le abrieron pasillo hasta Escocia.
José Angel, que con su potente voz en "Torres de Compostela", parecía desafiar a Neptuno.
Todo el coro: Tenores, sopranos, contraltos y bajos, cantaban " a fio", dirigidos divinamente por su directora Loly. Técnicos de sonido y montaje y la organización y dinamismo de Juan, nuestro presidente.
Al sol se le erizaron sus cabellos, se puso colorado y se escondió lentamente en el mar...
Salió la luna al reclamo, relamiéndose entre las copas de los árboles, y las estrellas se contonearon coquetas en el manto del cielo. Una tenue brisa se colaba por los ventanales, dejándonos su fresco aroma y llevándose entre las almenas del castillo, los últimos compases de la actuación y los aplausos a la coral Stella Maris.
Jesús 30 de Julio de 2014
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